
Psique era la más hermosa de las princesas de Anatolia, era tan bella que la comparaban con Afrodita, esta, celosa, envió a su hijo Eros para que le lanzara una flecha de oro oxidado, que le haría enamorarse del hombre más horrible. Eros acudió a cumplir su cometido pero cuando vio a la princesa no pudo evitar apiadarse de ella, su único crimen era ser hermosa y ella no tenía la culpa de eso, así que hablaría con su madre y la haría entrar en razón.
Ya en el Olimpo, Eros intentó razonar con Afrodita pero ésta, acostumbrada a conseguir siempre lo que quería, se negó en rotundo y ordenó a su hijo no que le lanzara la flecha,sino que la matara.
Eros estaba horrorizado, no podía creer que su madre fuera tan cruel y no se veía capaz de matarla:
- ¿Por qué no puedo matarla? Sólo es una mortal, eso es, sólo es una mortal, una insignificante mortal.
Algo más seguro de si mismo, llegó al palacio, era de noche y Psique estaba dormida !genial¡ asi será más fácil, no se dará cuenta de nada.
Cuando llegó al pie de la cama comenzó a observarla...era insoportablemente bella y se dio cuenta de algo, no podía matarla, jamás le podría hacer daño pues estaba totalmente enamorado de ella.
1 comentario:
Un emocionado relato de esta historia de amor que me ha dejado con las ganas de leer más y de un final distinto, quizás no tan sencillo. No obstante, me parece un buen trabajo. Un saludo.
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