Eros se había pasado toda la noche buscando a su madre, era de día y estaba exhausto así que se dirigió a su palacio para descansar y ver a su preciosa amada. Pero esta vez sería diferente, ya no se ocultaría en las sombras, como siempre había hecho, hoy le diría toda la verdad a Psique, pues ya lo que pudiera pasar carecía de importancia, el no podía vivir en un mundo en el que ella no estuviera y eso lo determinaría todo.
Ya podía divisar el jardín y a Psique allí tendida, durmiendo. Estaba tan absorto mirándola que no se había dado cuenta de que su madre y Ares estaban al lado de ella. Se le descompuso el gesto, ¡por Zeus que no le hayan hecho daño!Ojalá que sólo me estén esperando para reprenderme o matarme o lo que sea, ¡pero que no le hayan hecho nada a ella! Fue entonces cuando vio el pequeño charco de sangre que se iba extendiendo debajo de Psique.
El grito de dolor que brotó del pecho de Eros se escuchó en todos los rincones de la Tierra y desgarró el corazón de los mortales, nunca habían escuchado un sonido semejante, un dolor igual...era un sentimiento que sus perecederos corazones no podían llegar a comprender. Pero los dioses si que podían, a pesar de que ninguno había tenido la mala fortuna de sentirlo, y en cuanto escucharon a Eros acudieron rápidos a ver que ocurría.
El panorama era desolador, Eros lloraba con el cuerpo de Psique en sus brazos, no hablaba, y si lo hacía era para maldecir a su madre, que le suplicaba perdón a su hijo con la cara bañada en lágrimas. Los dioses estaban petrificados...nunca se habían enfrentado a algo tan fuerte, ellos mismos podían sentir el dolor de Eros y la repulsa hacia su madre, era algo insoportable. Entonces todos comenzaron a suplicar a Zeus que resucitara a Psique, no podían con tanto dolor...Zeus estaba indeciso, no era tan fácil resucitar a alguien a quien había matado un dios, pero ¿qué otra cosa podía hacer?
Zeus se acercó a Eros y le dijo:
-Llévala al Hades, allí te esperará mi hermano con su alma.
-Gracias Zeus, pero, ¿no ves que es mortal? Algún día volverá a morir y yo no podré resucitarla por el resto de la eternidad...
- Ya había pensado en eso, pero no te preocupes, eso es fácil de solucionar. Corre y haz lo que te he dicho, la inmortalidad de Psique puede esperar un poco más.
Las lágrimas de Eros ya sólo eran de felicidad, ella viviría y además, lo haría eternamente junto a él.
Y eso fue lo que ocurrió, Eros resucitó a Psique y más tarde Zeus le concedió la inmortalidad y ahora viven una vida plena y feliz. Así que ya veis, no todo son guerras ni amantes muertos, también queda un poco de amor y de felicidad en este maltrecho mundo. Me llamo Eudicles y esta es la historia de Eros y Psique.
martes, 29 de abril de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario