martes, 11 de marzo de 2008

Eros y Psique: Capítulo 3

Eros cumplió su promesa. Todos los días esperaba con ansia ha que llegara la noche para poder estar con ella, aunque realmente nunca la dejaba sola, siempre que podía iba al palacio para contemprarla a escondidas, pues no podía soportar un segundo lejos de ella, y lo que veía le apenaba...Psique estaba asustada y triste y él no sabía que hacer para consolarla, tendría que tener pacienca. Mientras, Psique no sabía como podía confiar en él...no sabía su nombre, ni siquiera le había visto, sólo conocía su voz, esa adorable voz que la tenía hechizada y que para ella ya era inconfundible. Él venía todas las noches y ella cada vez se sentía más segura, tenían largas conversaciones y llegaron a no tener secretos el uno para el otro, excepto, claro está, la identidad de Él. Cada noche era más difícil separarse y cada noche Psique estaba más desesperadamente enamorada, le necesitaba, y odiaba al sol por separarles cada amanecer, odiaba a todo aquello que le impedía estar cerca de él día y noche...hasta que una de esas noches estalló:
-!!Estoy harta de esta situación¡¡No puedo soportar tanto tiempo separada de ti, quiero que me dejes verte, quiero saber quien eres, !quiero salir de aquí¡
-¡Psique escúchame!No puedes irte de aquí y no puedes saber quien soy y sabes perfectamente por qué. Yo odio esta situación tanto como tú, pero te quiero demasiado como para ponerte en peligro.
-Me da igual lo que me digas, lo he decidido, me iré del palacio contigo o sin ti.
-Ella te matará si lo haces.
-No me importa, la muerte no será peor que esto...
Eros estaba desesperado, no podía dejarla marchar pero tampoco podía descubrirse...lo mejor sería enfrentarse a Afrodita, después de todo él era su hijo, ella tenía que entenderlo.
-Psique, mi amor, resolveré este problema...mañana iré a hablar con Afrodita y le contaré todo, espero que lo entienda y nos perdone, sólo dame unos días...unos cuantos días por favor.- A Eros se le quebró la voz y Psique cedió al momento, le era muy difícil sentirle así.
-Está bien, tranquilo mi amor, esperaré. Pero por favor, ten cuidado.
-No temas, todo saldrá bien. Duerme princesa.
Eros no perdió un segundo, fue directo al Olimpo, pero allí no estaba su madre, así que fue a Citera, a Chipre, al Acrocorinto incluso a Beocia, pero no la encontró en ningún sitio, así que le dijo a su padre, Hermes, que necesitaba hablar con Afrodita con urgencia para que este le diera el mensaje a ella.
Ya era de día y Hermes por fin había encontrado a Afrodita, que había pasado la noche con Ares, como tantas veces había hecho antes con él. Al escuchar el mensaje de su hijo se quedó preocupada así que corrió a su palacio para averiguar que era lo que ocurría. Al llegar, cual fue su sopresa cuando se encontró a Psique tendida en el jardín durmiendo plácidamente, Afrodita encolerizó ¡maldita niña! ahora parece más hermosa aún. No lo dudó un momento, llamó a Ares y le ordenó matarla, este pensó que era un auténtico desperdicio pero no quería enfadar a su amante, después de todo ella sólo era una mortal.

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